Volví a Valparaíso. Volví con risas, y acompañada con quien yo más amo. Volví más fuerte, pude pasar por fin por nuestra calle, y recordé. Me permití recordar. No sentí miedo, como otras veces, en que al estar allí, me alejaba, huía de lo que fuimos. Ahora quise ver y sentir. Quise encontrarme con lo que fui y con lo que soy. Caminé, y en cada paso un recuerdo, y allí donde siempre, apareció igual de hermosa nuestra bicicleta, toqué con mis manos su muro, mire aquella ventana desde donde hace años atrás observé detenidamente el paisaje. Cerre los ojos y sentí mucho amor. Recordé en un segundo todo lo que compartimos allí, y no llore, sonreí, con la sonrisa más linda de todas; la sonrisa que nace al darse cuenta que uno tuvo la bendición de haber sido muy feliz.
un sábado 7 de abril 2012
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